viernes, 25 de septiembre de 2009
Nada por la patria. (44)
El nacionalismo español es malo, incluso parece admisible que alguien suelte un exabrupto como que todos los nacionalismos son malos y conducen al fascismo, pues resulta evidente sin necesidad de demostración, es obvio como decía González o axiomático como prefiere Delgado, que el nacionalismo catalán queda excluido de esa malformación común a los demás nacionalismos, dado que el nacionalismo catalán está más allá del bien y del mal, es natural como el sol y la nieve y el fluir del agua y la rueda de las estaciones. Ningún medio digno de tal nombre ha cuestionado que desde que el mundo es mundo, es decir no ya desde Pujol sino desde Torras i Bages y Prat de la Riba o el conde Borrell o el Homo Antecessor de Taltavull, Catalunya es una realidad intangible, anterior a todos nosotros y que enterrará a nuestros más remotos descendientes se llamen Puigdemolins o Campuzano.
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