jueves, 24 de septiembre de 2009

Nada por la patria. (43)


La droga más importante de la triterapia. O la más peligrosa, si se tiene en cuenta que el tema transversal de todo este libro es el periodismo, o por decir mejor la desigual batalla entre el periodismo maquillador de la realiodad y el periodismo escarbador incansable. Los medios presuntamente informativos de Cataluña, o sea el Oasis Mediático más grande de la Galaxia Gutemberg & Marconi-Baird et al., han lavado, con paciencia monserratina y durante más de veinte años, el cerebro de los ciudadanos mediante el uso alternando o simultáneo de varios programas de la lavadora polivalente.
El primer programa, llamado elemental, ha consistido en convertir la Aldea Global del viejo McLuhan en un Aula Global -Agustín García Calvo da en el clavo cuando llama Formativos a los medios-, tratando a todos los catalanes como alumnos menores de edad mental, carne receptora de las mismas sandeces patrióticas que maestros y maestras desparraman por las escuelas e institutos ocultas -cual amarillo colesterol malo agazapado en los solomillos de vaca vieja- bajo denominaciones en apariencia neutras como Ciencias Naturales o Sociales, Lengua, Literatura, Geografía, Historia e incluso, pásmese el forastero, Física o Matemáticas.
El segundo programa de lavado, un poco más enérgico, ha conllevado la edificación de un espacio sagrado, intocable, grande como el Vaticano, alto como Lhassa y Titicaca, blanco como el lienzo metafísico que jamás maculó color ninguno, puro como el parto de una virgen llamada María: el espacio nacional catalán. Se puede decir todo, incluso palabrotas tales como comunista o puta o mariconazo, siempre y cuando todo sea "de Cataluña", a ser posible con el fonema "ñ" transcrito mediante el dígrafo "ny" sea cual fuere el idioma empleado. Todo puede ser discutido, excepto Catalunya. Antes roja que rota. Antes nazi que bilingüe.

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