lunes, 14 de septiembre de 2009

Nada por la patria. (27)


Después habla Ángela Diest, presidenta de Cadeca, o sea de "las madres de Vila-seca y Salou". Habla con dulzura, tiene una belleza un poco astillada y germánica y se percibe, pese a su esfuerzo por domeñarla, que la honda ira que la posee se parece a la de los justos:
-Nosotros pedimos que se abran líneas de enseñanza en castellano como los hijos de quienes hablan catalán pueden estudiar en su lengua materna. Que nuestros hijos puedan conocer el catalán, pero cuando quieran, si quieren, y en la medida que quieran. Nosotros queremos decir basta ya, queremos tener para nosotros lo que en su día pedimos para los catalanohablantes: que se nos respete nuestra lengua. Claro que tenemos miedo, claro que yo tengo miedo: por mi trabajo, por mi familia, por mis hijos. Pero si renunciamos a nuestra dignidad, ¿qué clase de sociedad vamos a dejar que creen para nuestros hijos? Si no cedemos ante el chantaje y el miedo, cada día seremos más. Si la causa es justa, se acaba ganando, si uno no se muere antes. Por eso quiero cerrar esto rindiendo un homenaje a Miguel Sánchez Mazas, recientemente fallecido en San Sebastián, que como pocos se atrevió a denunciar la discriminación de los castellanos en Cataluña. Sin miedo. En castellano también, por favor.

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