lunes, 15 de agosto de 2011

Tribu

lunes, 1 de agosto de 2011

La Vanguardia en catalán

La opinión de Jesús Royo en La Voz Libre.
El diario insignia de Cataluña, 'La Vanguardia', tendrá doble versión a partir del mes de mayo, en castellano y en catalán. Desde su fundación, hace un siglo largo, es la primera vez que se publica 'La Vanguardia' en catalán. Hay que felicitarse por ello, sin duda alguna. Es un signo de normalidad y de servicio al ciudadano que hay que encomiar sin reserva. O casi.

De hecho, en mi libro 'Una llengua és un mercat', de hace veinte años, lo puse como ejemplo de normalidad. Decía que, si una lengua es un mercado, la señal de la normalidad del catalán sería el día en que las páginas de anuncios por palabras de 'La Vanguardia' fueran en catalán. Cierto que el peso de esas páginas en la sociedad catalana ha caído desde entonces: hoy apenas son cuatro páginas, cuando entonces solían ocupar la mitad del diario, y eran el reflejo más conspicuo de todo el mercado menudo, interpersonal, de los catalanes. Ahora el mercado impreso se ha diversificado, y junto a los diarios tradicionales -'El Periódico', 'La Vanguardia'- se ha trasladado a revistas locales, con predominio en catalán, y a internet, con predominio en castellano. 'La Vanguardia' ya no es el ágora central que antes era. Pero cuando leí la noticia el domingo pasado sentí la satisfacción de haberlo pronosticado veinte años antes. No es poco, en un tiempo en que las peores crisis se nos cuelan sin avisar.

Aunque todo tiene su lado oscuro. Resulta que los diarios en castellano se catalanizan, pero no sucede al revés. Nos puede dar la sensación -y sembrar la alarma- de que la versión doble de 'La Vanguardia' es un paso más hacia la catalanización total, tal como ya pasa en la administración y en la enseñanza. Cuando los catalanistas hablan de bilingüismo y de igualdad, suele ser para superarlos pasado un tiempo prudencial, y entonces el nuevo objetivo es llegar al monolingüismo 'normal'. Todas las revistas comarcales son monolingües en catalán: allí no rige -ni regirá jamás- la versión doble. Nadie va a pedir, por ejemplo, el Avui en castellano. Sería un contrasentido: porque el mensaje principal del Avui es que está escrito en catalán: lo que dice importa poco, importa cómo lo dice. Lo que en los diarios en castellano es utilitario, accidental, la lengua en que están escritos, en el Avui es esencial, categórico y determinante. En mi libro rechazaba el uso sagrado de la lengua catalana, porque eso nos llevaba directamente fuera del mercado, a la liturgia, al uso conmemorativo, lapidario y no comunicativo de la lengua. La lengua como insignia, como marca de identidad. Contraponía el Avui, un diario conmemorativo, que no necesitaba ser leído, a 'La Vanguardia', el verdadero mercado lingüístico catalán, que tenía lugar en castellano. El castellano era la lengua estándar de Cataluña. Pero por obra de la tecnología -la traducción automática entre castellano y catalán es muy eficiente- eso va a dejar de ser así. El mercado comunicativo catalán va a poder ser bilingüe, en gran manera, y a petición del interesado.

Sabemos que la versión catalana de los diarios en castellano no es, como pudiera parecer, un movimiento espontáneo del mercado comunicativo, no. Es un acto deliberado y corresponde a una política institucional que surge del Consorci de Política Lingüística. Igual que la publicidad en catalán, igual que la rotulación de los comercios, igual que las multas lingüísticas. Allí se plantearon un día que con subvencionar a los diarios en catalán no había suficiente, que incluso podía ser contraproducente, porque ocupaban un territorio ya marcado de antemano, con lo que justificaban indirectamente que el territorio 'no marcado' fuese de expresión castellana. De ahí el empeño en amparar la operación de versión doble de 'El Periódico', que ha funcionado bien, y ahora de 'La Vanguardia'. Me imagino la cantidad de estudios, estadísticas y promesas que habrán utilizado con un transatlántico como 'La Vanguardia' para llegar a convencerle de dar un paso como este. Pero ya digo: pese a todo lo que haya detrás, quizá no todo limpio, hay que felicitarse de las dobles versiones de los diarios. Primero, porque dan la medida real de la demanda en cada lengua. Y segundo, porque ratifican un uso lingüístico equitativo y neutral, en el que la opción de lengua corresponde al usuario, al cliente, al ciudadano. O sea, tal como dijo el TC que debía ser el uso de las lenguas oficiales, en su famosa sentencia.