domingo, 28 de febrero de 2010

¿Es corrupción o simplemente buena formación?


Tras ver como cargos del PSC visitan Soto del Real, podríamos decir que estamos ante un claro caso de corrupción. Pero si sabemos que el secretario de formación del PSC es Josep Maria Sala y recordamos que pasó una temporadita en Can Brians por el asunto Filesa, podríamos afirmar que no es corrupción sino una buena formación.

martes, 23 de febrero de 2010

Hollywood, doblaje y protesta al catalán.

http://impulso-ciudadano.blogspot.com/2010/02/hollywood-doblaje-y-protesta-al-catalan.html


Juan Antonio Cordero en el blog de Impulso Ciuadadano.




Respecto a la información publicada en Libération el 16 de febrero de 2010, « Hollywood, doublage et tollé catalan », me gustaría hacer algunas precisiones, en tanto que lector del diario y ciudadano catalán interesado en la cuestión:


La noticia define el catalán como la lengua « comprendida por más o menos el 85% de los 7 millones de Catalanes ». En realidad, sólo el 56% de Catalanes conocen propiamente esta lengua (eso implica las cuatro competencias básicas: entender, hablar, leer y escribir), contra un 90% de Catalanes que hablan, entienden, leen y escriben con fluidez en castellano o español (datos de la Encuesta lingüística de Cataluña, 2007, Idescat). Esto significa que la sociedad catalana es una sociedad bilingüe, en la que mucha gente maneja las dos lenguas oficiales (español y catalán), pero que es mayoritariamente hispanohablante (Encuesta de usos lingüísticos, 2008, Idescat). Esta situación explica la escasa presencia "natural" del catalán en las salas de cine, debida a la débil demanda de la población.


El texto explica también que en los últimos diez años, el catalán ha conocido un amplio auge debido a la « vigorosa política de promoción y subvenciones » por las autoridades locales. Hay que hacer notar que la política lingüística sobre el catalán tiene una fuerte componente nacionalista e identitaria y se ha desarrollado sin interrupción desde 1980, pero no se ha limitado a la simple promoción de la lengua. Al contrario, está orientada a la exclusión completa del castellano y a la prohibición de hecho de su uso oficial, sobre todo en el ámbito de las AA.PP. regionales y locales: así, el catalán se ha convertido no sólo en lengua obligatoria, sino también exclusiva en la rotulación oficial, en la educación (donde los profesores pueden incluso ser penalizados si utilizan el castellano para dirigirse a los alumnos) y los medios de comunicación públicos regionales y locales (sobre todo, TV3). En este contexto, el proyecto de ley sobre el doblaje de las películas forma parte de una campaña más amplia para extender progresivamente al conjunto de la sociedad y a las relaciones privadas entre individuos la exclusión del español que ya se ha producido en la Administración sub-estatal y en los servicios públicos correspondientes. De nuevo, la sanción y el castigo, junto con la disuasión económica, juegan un papel esencial en la estrategia: aparte de la ley sobre el cine, los propietarios de comercios y PyMES que tengan sus rótulos en castellano y no en catalán se exponen a multas de hasta 10000 euros.


El artículo constata que la política lingüística de las autoridades locales catalanas irrita « la esfera mediático-política de MAdrid » y, en el caso concreto del proyecto de ley sobre el cine, ha puesto « al mundo del cine en Cataluña [..] en pie de guerra ». Pero el malestar y la contestación provocadas por las tentativas del poder regional de erradicar el castellano no han cesado de aumentar en los últimos años, y alcanzan en la actualidad una parte significativa y creciente de la sociedad civil catalana. De momento, la política de exclusión lingüística es combatida por varios partidos políticos a izquierda y a derecha, por numerosas asociaciones críticas (entre ellas, la asociación a la que pertenezco, Impulso Ciudadano) e incluso por corrientes socialistas disidentes del PSC (fuerza mayoritaria de la coalición gubernamental).

El escenario social y político catalán está marcado por una fuerte crisis económica y social (Cataluña es la región española con una de las mayores tasas de destrucción de empleo y de tejido productivo), la creciente desconfianza de los ciudadanos respecto a las instituciones autonómicas y las élites nacionalistas, las crisis de socialistas e independentistas y las malas perspectivas electorales de la coalición en el poder para las próximas elecciones regionales (previstas en noviembre de 2010). En este contexto, el endurecimiento del régimen lingüístico y del tono identitario es un último intento de evitar la derrota y desplazar cueste lo que cueste el centro de gravedad del debate político catalán de la cuestión social, donde el balance gubernamental deja mucho que desear, al tema lingüístico-identitario, donde la mayor parte d ela clase política regional se siente mucho más cómoda. Incluso aunque ello implique la creación de nuevas fracturas y problemas sociales allí donde no existían.

sábado, 20 de febrero de 2010

El asco justifica el odio

Jesús Royo en La Voz Libre.

Acabábamos el artículo anterior -'España me da asco'- preguntándonos cómo puede dar asco un país. Y sobre todo, quién gana con ello. No logro entender que España -o Euskadi, o Cataluña, o el desierto del Sáhara- pueda dar asco. A un país puedo admirarlo o censurarlo, ponderar sus costumbres, sus fiestas, su paisaje o su clima, o discrepar de su sistema de vida, desear ir a él o huir de él, pero... ¿asco? ¿Cómo puede ser que dé asco un país? Y sin embargo, gran parte del nacionalismo periférico español se basa en ese 'España me da asco'. El nacionalismo es una administración del asco, redireccionándolo hacia 'el otro', el enemigo, el extranjero. Evidentemente no es un asco innato, sino inducido, aprendido. Quien siente asco por España no es porque España sea asquerosa, sino porque él se entrena, o peor, alguien lo entrena.

Hay ascos que quizá sean innatos en el hombre: lo viscoso, el tacto frío de la serpiente, el olor del vómito, etcétera. Pero, y ahí está el quid de la cuestión, el asco se puede educar. Se puede desviar hacia objetivos de lo más variopinto, de manera que las cosas más inocentes se vuelvan asquerosas. El doctor Alsina, profesor de Filosofía de Barcelona, un tomista de tomo y lomo -nunca mejor dicho-, nos decía: "Si yo no fuera tomista debería ser spinoziano. Pero Spinoza me da asco". Yo me preguntaba, ¿cómo puede dar asco un filósofo? Ahí está la fuerza del asco como educador: si queremos que alguien se aparte de algo, basta con hacer que le resulte asqueroso. Sentirá una aversión irreprimible, no le verá ni sombra de bondad, todos los males los atribuirá a su contacto o a su influencia. Un buen asco vale por todo un tratado de razonamientos. Así se han generado los ascos culturales: a los negros, a los moros, a los franceses, a la derecha, a los comunistas, a los nazis, a los judíos, a los borrachos, a los drogadictos, a la burguesía, al dinero...

O a España. El nacionalismo catalán -y supongo que también el vasco, aunque no lo conozco tanto- es en un 90 por ciento pura hispanofobia. Como hay poco que afirmar, se opta por negar: 'Catalonia is not Spain'. Y Spain es todo lo horrendo: es pobre, atrasada, anárquica, holgazana, atávica, ladrona, estúpida, africana. Y en consecuencia, da asco. Y como España da asco, 'español' es un insulto. En ese escenario, quien se atreva a definirse español es, o un temerario, o un tonto. O una sabandija facha. Y a las sabandijas, a las ratas asquerosas, hay que eliminarlas. Fíjense lo que consigue el asco: justifica el odio y enaltece como un héroe al violento que limpia la sociedad de alimañas. En vez de alimañas, ponga usted comunistas -para Rambo-, judíos -para Goebbels-, moros -para el Capitán Trueno-, fachas -para un progre barato- o españoles -para un nacionalista vasco o catalán- y se explicará muchas cosas. Se explicará, por ejemplo, la terrible pintada: "Matar (X) no es un delito, es un deporte". O aquella otra: "(X), haz algo bueno por la humanidad: suicídate". La equis vale para todas las variables anteriores y muchas más.

Si eres o has sido víctima de ese asco nacionalista hacia España, debes ponerte urgentemente en tratamiento. Primero, conocer: paséate por España, habla con españoles, comprueba que hay alguno que es inteligente, incluso más inteligente que tú; luego intenta oírte a ti mismo hablando en castellano, que no mancha, y empieza a sentirte ridículo con un prejuicio tan absurdo. Cuando tengas una idea positiva y fraternal de España y de los españoles, tus convicciones nacionalistas -si aún las tienes- empezarán a ser válidas y respetables. Por lo contrario, si se basan en el asco irracional, y encima aprendido en la escuela o en el esplai, lo siento amigo, perdóname que sienta algo de lástima por ti. Madura un poco. Libérate de tus ascos: aún estás a tiempo.

viernes, 19 de febrero de 2010

"España me da asco"

Jesús Royo en La Voz Libre.
Menuda se ha armado con mis dos últimos artículos, en los que expliqué que Cataluña es la región más española. En parte es lo que pretendía: ya avisé que yo no creo en lo de 'ser más español' o 'más catalán'. Se es o no se es, y basta. Cataluña es española y punto: como Extremadura, Asturias o Euskadi. Y si deja de serlo algún día, pues ya no será española, y punto. No hay mayor problema. Pero se trataba de un juego: juntar en una misma frase Cataluña, región y española es demasiado para los estómagos nacionalistas. Y han saltado, vaya si han saltado. Han tomado el foro por sus fueros, han hecho proclamas, han jurado vengarse y limpiar el nombre mancillado de la patria, han gritado irrintzi y han agitado banderas al viento. Lo previsible.

Como ejemplo, la primera intervención del foro de uno que firma EUSKADI: "Jesús Royo, además de ser retrasado mental, subnormal, Pepero, y mentiroso, [...] eres un SUCIO Y PATÉTICO ESPAÑOL. España me da asco y todo por gente como tu. Vosotros los ultranazionalistas españoles estáis consiguiendo que el odio crezca cada vez más entre españoles, vascos y catalanes. Te vuelvo a repetir: por gente como tú mi odio a España aumenta cada día más y más... GORA EUSKADI ASKATUTA. VISCA CATALUNYA. PUTA ESPAÑA DE MIERDA".

Y muchos otros comentarios de un tenor parecido. Paso por alto los insultos, que nada dicen del insultado, sino del insultante, pobrecillo, y de paso pido perdón a los subnormales y los peperos, que no tienen culpa ninguna de que alguien me relacione con ellos. Pues eso: tengo los insultos por no dichos. Pero para tu información, EUSKADI, y que otra vez no metas la pata, sepas que soy catalán, socialista y profesor de Lengua catalana. Y está feo eso de tomar el nombre de Euskadi en vano.

Pero el tal EUSKADI me ha proporcionado el tema sugerente: el asco. A mi querido insultador España le da asco y, por eso, su odio a España aumenta cada día más y más. Y lo expresa con el salivazo final: "Puta España de mierda". Bueno, yo creo que no es un tema baladí. Estoy seguro de que en el fondo del nacionalismo -y de otras perversas prácticas sociales- reside el asco.

El asco es una sensación de repugnancia que impide el contacto con lo asqueroso. Es un mecanismo biológico para reforzar la conducta de huída ante lo peligroso: sentimos asco ante la materia pútrida, porque a menudo está llena de gérmenes patógenos. O ante determinados animales -arañas, serpientes, ratas- que van asociados a venenos o enfermedades. El asco se asocia más a los sentidos primitivos: el tacto, el gusto y el olfato. Porque el propio asco es una respuesta automática, involuntaria, a nivel del cerebro más arcaico y reptiliano. Los ruidos y las visiones pueden dar miedo, pero raramente dan asco. Entonces, ¿cómo puede asociarse una conducta tan primitiva, el sentimiento de asco, a todo un país, a un grupo humano, a una idea? Y sobre todo, ¿quién gana con ello? Seguiremos...

lunes, 15 de febrero de 2010

Cataluña, la región más española. (II)

Decíamos en el artículo anterior que Cataluña es España desde hace 2.228 años, con una interrupción de 90 años, en los que fue del Califato. Ninguna otra región lo ha sido durante tanto tiempo. Pero sigamos con la historia. Ya en época moderna, Cataluña quiso independizarse de España -Guerra dels Segadors- en la gran crisis de 1640, junto con Portugal y Andalucía. Sólo lo consiguió Portugal, que también era parte de la Hispania romana y visigoda. La Guerra de Sucesión, que acabó el 11 de septiembre de 1714, no fue de independencia, sino entre dos aspirantes al trono de España, Felipe de Borbón y Carlos de Austria. El Reino de Aragón apostó por el Austria y perdió: no se derrotó a un país, sino a una causa, la del austracismo. El nuevo rey Borbón creó un reino de Nueva Planta unificado al estilo francés, sin fronteras interiores. Está claro que Cataluña perdió sus instituciones propias, pero también las perdieron Aragón, Valencia, Castilla, Navarra... Se puede decir que en ese momento nace España como Estado moderno: hasta entonces era una confederación con un mismo monarca.

Pese al sentimiento de derrota, Cataluña se suma al nuevo Estado porque le permite participar en la colonización de América, y lo hace con fervor y sin demasiados escrúpulos: los marinos catalanes fueron unos negreros excelentes. En América se amasaron los capitales que alimentaron luego la industrialización del siglo XIX. En la Guerra de Independencia, los guerrilleros catalanes destacaron por su patriotismo -español, por supuesto-. Luego, en el Estado Liberal, los catalanes siempre fueron partidarios de los aranceles contra los librecambistas de Madrid. O sea, mucho Estado, mucha España, y altas fronteras impermeables a los productos competidores de Europa. Se dice que nuestro ancho de vía diferente del europeo fue para evitar una invasión militar: yo creo que fue más bien contra la invasión comercial para preservar un mercado cerrado a los tejidos de Manchester, que hubieran arruinado la industria autóctona. Para Cataluña, España fue, pues, el ultramar donde enriquecerse y el mercado en exclusiva donde colocar la manufactura. España ha sido el gran negocio de la Cataluña moderna. Incluso diría que toda la Reinaixença del siglo XIX, que conducirá en el XX al catalanismo y al sueño soberanista, se basa objetivamente en la prosperidad que viene del gran negocio llamado España.

Toda esa interacción fuerte entre Cataluña y España hace que, por debajo de problemas de identificación, objetivamente Cataluña sea protagonista principal de la historia española contemporánea. El intento colonial africano -Marruecos, Guinea- tiene sello catalán: de Prim a la Semana Trágica. Incluso el fascismo español, en parte fruto del 98, se formaliza con material ideológico del Noucentisme: d'Ors sirve por igual al nacionalismo de Prat de la Riba y a la Falange. Los grandes movimientos de población de los últimos doscientos años tienen como destino Cataluña y el País Vasco: curiosamente allá donde se han creado movimientos secesionistas fuertes.

Sin duda, el nacionalismo es la respuesta del indígena al aluvión de inmigrantes, en demanda de la prioridad social. Otra paradoja: Cataluña es separatista porque es muy española. En realidad, donde hay más población española es en Cataluña, el País Vasco y Madrid. En Andalucía hay andaluces, en Murcia murcianos, en Galicia gallegos, pero en Cataluña los catalanes étnicos son minoría, la mayor parte provenimos o descendemos de todos los puntos de España. Somos tan españoles, que incluso aborrecemos lo español, siguiendo fielmente el tradicional autoodio hispánico. Creo que fue Balbontín, un exiliado republicano, escritor habitual de Cuadernos para el Diálogo, quien a la vuelta a España se hizo de Herri Batasuna "porque son los últimos españoles dignos de ese nombre". El resto, desde que nos decidimos a cancelar las banderías del pasado en la Transición, éramos unos aguachirris tibios y pactistas. ¡Bah!


La opinión de Jesús Royo en La Voz Libre.

sábado, 13 de febrero de 2010

La peor manera de vender un buen embutido


El pasado sábado estuve en Vic, una bonita población conocida por sus iglesias y sus embutidos. Sus carnicerías parecen joyerías y es muy recomendable echar un vistazo. Me acerco a a un escaparate donde cuelgan unas magníficas longanizas cuando de repente me asalta el vendedor, uno de esos dependientes de los que hablaba Santiago Rusiñol. De todas las maneras que tenía para venderme su embutido eligió la peor: "Els millors preus de la nació catalana i de l´estat espanyol", se lo hago repetir, lo repite y me pregunta si me ha quedado claro el mensaje, le contesto que sí y me dispongo a comprar en la tienda de al lado unas fabulosas longanizas que me vendieron unos competentes dependientes preocupados únicamente por vender derivados del cerdo y no publicitar ensoñaciones patrióticas.

miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Qué tiene Arenys de Munt que no tenga Cuenca?

Lo explica Albert Ollés en El Periódico de Catalunya.

La moda de las consultas populares no tiene fronteras, pese a que suscita igual rechazo por parte del Estado, sea el tema que sea. El ayuntamiento de la localidad de Barajas de Melo (Cuenca) quería organizar un referendo sobre la instalación de una central eléctrica de ciclo combinado en su término municipal, pero se ha encontrado con la prohibición expresa del Gobierno central, formalizada por el Consejo de Ministros. La decisión se basa en que la consulta trata un asunto «que no tiene que ver con las competencias propias» del ayuntamiento, ni tiene «carácter local».