lunes, 5 de octubre de 2009

Nada por la patria. (59)


En este post Iván Tubau dedica un discurso a Lluís V. Aracil.


Sí, bueno, eso de colega lo dice el periodista, ya sabes tú, Aracil, lo imprecisos que suelen ser hablando los periodistas, porque yo colega tuyo, lo que se dice colega, no lo soy en verdad. O tú no eres colega mío, que es otra manera de decirlo, no porque a ti te echaran de la universidad esos canallas que tú llamas progres y que yo como ex progre que soy me niego a denominar así, porque los ex progres hemos dejado de ser progres como nuestro propio nombre indica pero nunca jamás dejaremos de ser ex progres como los ex curas nunca dejaréis de ser ex curas, no hemos dejado de ser colegas porque a ti te echaran de la universidad esos que yo prefiero llamar suqueropujolistas, nacionalistas en suma, y a mí no lograran echarme por más que lo intentaran con ahínco y malas artes pues no disponen de otras, sino porque nunca fuimos colegas, colega, pues que tú eres un maestro y yo solo un profesor, pues que tú tienes discípulos y yo nunca he tenido otra cosa que alumnos y, por supuesto, no vamos a dejar de ser políticamente correctos si cuesta tan poco y encima a los no muy platónicos lo que más nos gusta de ellos son ellas porque son diferentes y por eso nos llaman heterosexuales aunque suene a insulto, alumnas. A mí nadie me ha escuchado nunca siete, ni seis, ni cinco horas seguidas, pero en un libro uno puede lanzarse sin miedo y sin reproche porque un libro lo tomas y lo dejas cuando quieres y lo abres y lo cierras y te paras a pensar y luego lo relees o te saltas trozos y en fin los libertarios no cristianos en el supuesto de que lo primero no sobrentienda lo segundo, que sí lo sobrentiende y no me vengas con sobreentender que eso es antiguo y solo lo decís los que no consultáis las ediciones del DRAE que van saliendo o el María Moliner o el Clave porque sois demasiado soberbios para hacerlo, los libertarios que hemos leído e incluso traducido al catalán a La Boétie pensamos que un libro es un arma cargada de libertad aunque también lo esté de futuro como bien dijera en castellano ese poeta nacido en Vasconia que luchó contra el integrismo catalán en el Palau de la Música o acaso en el Parlament ya no lo recuerdo con precisión pero pienso como tú y como Jesús Royo sobre todo que toda esa pamema del nacionalismo es cosa de los abuelos y de las mafias y las familias, porque ya dice ese riojano catedrático de catalán y yo ahora te lo voy traduciendo que de los seis millones de catalanes que somos ahora cuatro se deben a la inmigración pues que en Cataluña la administración de la sexualidad pasa por el condicionante básico del sistema hereditario desde hace siglos y sobre todo desde hace algo así como ciento cinuenta años.

(SEGUIRÁ)

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