jueves, 13 de septiembre de 2012
¿Meritocracia?
En uno de sus últimos artículos, Juan Ramón Lodares recordaba que en cierta ocasión Jordi Pujol expusó como un éxito de su política lingüística el caso de una mujer que, tras obtener el número uno de su promoción en la Escuela de Judicatura de Barcelona, no podría ejercer en Cataluña por su insuficiente dominio del catalán. El Tribunal Supremo ha avalado como mérito preferente el conocimiento del idioma particular, así que, en aquel caso, otros menos capacitados jurídicamente se vieron favorecidos en su carrera profesional. Pero al margen del prejuicio individual a la muchacha, creo que también es importante para una sociedad preguntarse si no será negativo a largo plazo privarse de tener a los mejores -jueces, arquitectos o veterinarios- a cambio de tener a los más catalanizados. Las sociedades más democráticas y más avanzadas suelen gozar de un alto grado de meritocracia.
Lenguas en guerra, IRENE LOZANO
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