Un apunte de Álex Salmon, en el Mundo.
Imagino que ayer el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, tuvo que acostumbrarse a ver el cogote de José Montilla mientras éste respondía a su pregunta parlamentaria. No es agradable para nadie, sea político o lampista, mantener una relación de diálogo con alguien que se mantiene vuelto atrás. Fundamentalmente porque se manifiesta una falta de educación y porque se evita la visión de los ojos que siempre son una forma más de conversación. El president acostumbra a utilizar esta visual para responder a aquellos con los que no se siente seguros.
En este caso, Montilla sabe que Ciudadanos representa a una parte importante de su partido. Por ello habla pero intenta no mirar a las caras, para no verse reflejado. Esta es una acción muy desagradable y que debería evitar porque la evidencia crea cierta debilidad de planteamiento que, aunque en Montilla es habitual, queda muy poco estética. No puede remediarlo. A quien más le molesta la presencia de Ciudadanos en el Parlament es a Montilla. A los socialistas les hace subir los colores y recordarles sus propias raíces. Mirar a la cara es siempre recomendable.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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