Ciutadans ha sido la demostración práctica de cómo lo pudre todo esa fuerza contaminante que irradia un régimen étnico con tres décadas en el poder regional. En el fondo, los que tomaron las riendas políticas del partido no tuvieron la capacidad de generar un discurso independiente de las reglas que se habían establecido en la tribu como protocolo incuestionable para entrar en el juego político. Los líderes de Ciutadans, especialmente Albert Rivera, no tuvieron, ni han tenido, suficientes tablas, ni gallardía ni lucidez, para romper la baraja. Se han mostrado incapaces de crear una propuesta atractiva de cara a todos aquellos ciudadanos para los que Cataluña son solo unas hectáreas más de la nación española. La contaminación de las tres décadas de poder ha hecho su efecto incluso en los propios adverasarios del sistema.
Diarios de un francotirador, ALBERT BOADELLA
miércoles, 6 de marzo de 2013
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