domingo, 15 de enero de 2012
Tenemos el idioma
Para esa población rural catalanohablante, a la que se encomienda la custodia de las esencias ancestrales y cuya supuesta pureza espiritual se ensalza para mejor mantenerla dominada, los párrocos predican gustosos en las lenguas vernáculas. Con agrado y siendo felices a la vieja enseñanza del Pentecostés, se sumarían al nacionalismo representantes de la religión con frecuencia cultivadores de la filología catalana, como Antoni Griera o el sacerdote Antoni Alcover, autor del Diccionari Català-Balear-Valencià, que decía: "Pues claro que somos una nación. Tenemos todos los síntomas distintivos y el carácter. Tenemos el idioma".
Lenguas en guerra, IRENE LOZANO
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